miércoles, 28 de junio de 2017

Mendel, el de los libros


Autor: Stefan Zweig

 

 Stefan Zweig escribió esta novela de apenas treinta páginas en 1929. Como muchos otros relatos breves de este escritor tiene una enorme altura literaria, lo que demuestra que no son precisas muchas páginas para alcanzar la excelencia, pero que, sin embargo, este logro no está al alcance de todos los que empuñan una pluma. Tengo para mí que esta es la piedra de toque de un buen escritor.

 

Nos cuenta la historia de Mendel, un judío librero de viejo, que pasaba los días en una mesa de un café vienés, leyendo y clasificando sus libros con infinito amor. Conocedor de todo lo publicado y titán de la memoria, era capaz de conseguir el volumen más singular del más olvidado de los anticuarios.

 

            Treinta años pasó Mendel en la misma mesa del café, entregado a los libros con el ensimismamiento del monje medieval en sus oraciones. Pero el vendaval de la Primera Guerra Mundial trunca su existencia. Zweig consigue describir con tal belleza y delicadeza los sentimientos que sólo podemos concluir que estamos ante una joya literaria. Yo, por mi parte, quiero terminar esta reseña con la última frase del relato: “Los libros sólo se escriben para unir a los seres humanos y así defenderlos frente al inexorable reverso de toda existencia: la fugacidad y  el olvido”.

lunes, 26 de junio de 2017

El mentiroso


Autor: Henry James

 

 

        
    Un pintor coincide con su enamorada de antaño, ahora casada con un hombre cuya característica principal es la de mentiroso. Mentiroso sobre todo en detalles pequeños, nimios y aparentemente sin trascendencia, pero que es incapaz de evitarlos. Con la oscura y turbia intención de recuperar a su amada, le propone al marido pintar su retrato. Realmente lo que busca es mostrar en él la realidad de su carácter con el fin de que su esposa se dé cuenta de que es un falso y le abandone y caiga de nuevo en los brazos de su enamorado pintor.

 

            Leemos una pequeña obrita de un grande de la literatura americana con una enorme hondura en el estudio psicológico de los personajes. ¿Es el mentiroso un enfermo, un hombre ruin devorado por el vicio de la mentira? ¿Es la esposa un alma inocente arrastrada por la maldad del marido o acaso es peor que él? Y el pintor ¿está inspirado por el noble deseo de liberar a la mujer de un desalmado o quizá se abandona a la venganza? Definitivamente, la lectura de los clásicos nunca defrauda ya que si han sobrevivido al paso del tiempo es sin duda porque son capaces de llegar al alma de cualquier lector.

           

            De las actitudes del matrimonio protagonista llama la atención la absoluta falta de reconocimiento del mal y la ausencia de miedo a las consecuencias, lo que hace imposible el arrepentimiento y la mejora. Dado que el bien se conoce cuando se hace y el mal cuando no se hace, conviene que no consideremos trivial ningún defecto ya que, aunque comience siendo un juego inofensivo, si no se combate crece y se apodera de nuestra voluntad.

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viernes, 24 de marzo de 2017

La fabulosa historia de Henry N Brown

Autora: Anne Helene Bubenzer



¿Es posible que un osito de peluche lleve dentro el amor? ¿Qué forma tiene ese amor y por qué está dentro de él? ¿Es eso lo que le impulsa a regalarlo a todas los que le rodearon durante ochenta años? Tenemos que esperar justo a la última página para resolver estas preguntas.

Henry N Brown es un osito de peluche confeccionado por una joven viuda inglesa cuyo marido ha desaparecido en la Primera Guerra Mundial. Y va pasando de una familia a otra a lo largo de ochenta años. La autora parece que pretende explicarnos los avatares del mundo a través de los ojos del adorable osito. Y esta intención, que aparece como lo más atractivo de la novela, se transforma en un lastre. A mi juicio, demasiadas familias, personajes e historias resueltas sin mucha maestría y con desigual fortuna literaria. Algo ocurre para que la narración se haga un poco larga. Seguramente con menos lustros o menos cambios de escenarios todo hubiera resultado más ágil. Pienso que el episodio del soldado alemán es el más relevante del libro y el que le da sentido. Cómo el osito consigue amar a aquel a quien previamente había decidido odiar por considerar que encarnaba el mal.


En cualquier caso, el libro es una alegoría de la amistad en la que el amigo no pide nada,  sólo escucha y acompaña y por eso deja huella en todas las personas con las que convive. Si nuestro osito, que no puede moverse ni hablar, da tanto amor es porque lo alberga en su corazón. Así que la única condición para que nosotros lo regalemos a nuestro alrededor es haberlo sembrado previamente. Y, después, tomar la decisión de ofrecerlo.

jueves, 23 de febrero de 2017

Flores para la señora Harris

Autor: Paul Gallico


           
            La señora Harris es una viuda sesentera que trabaja como asistenta en el Londres de 1952. En una de las casas que limpia descubre un vestido de Dior y queda tan maravillada de su belleza que toma la determinación de viajar a Paris para comprar uno. Es consciente de que no se lo pondrá nunca y de que tendrá que sufrir innumerables privaciones para reunir el dinero necesario. A pesar de todo, lo consigue. De modo que, nada más empezar el libro, ya la vemos en el avión camino de Paris, aunque nos va relatando de modo retrospectivo su periplo hasta llegar a ese momento. Y, después, nos narra todas sus peripecias en la Casa Dior. Cómo su llegada, con ese aspecto inequívoco de limpiadora, siembra el estupor entre el glamour imperante, pero cómo todos se van rindiendo a la bondad que regala.

Me ha hecho considerar que, dado que no somos sólo espíritu, necesitamos lo tangible para expresarnos y desarrollarnos. Y que, si bien los objetos materiales no nos dan la felicidad, pueden ser instrumentos para que esta llegue; siempre q tengamos la elegancia y el señorío de no poner el corazón en ellos. Y esto es justo lo que le sucede a la señora Harris: encuentra amor a raudales a través del vestido de Dior.


            Está escrita no por un novelista, si no por un comentarista deportivo, con un lenguaje directo, divertido, descomplicado, colorista y costumbrista, pero sin rozar siquiera lo soez. Es una novela muy dulce, podríamos definirla como un cuento de hadas, llena de amor y de humor, y con un final redondo que remonta la narración cuando esta comienza a parecer previsible. La recomiendo vivamente.

viernes, 17 de febrero de 2017

El maestro Juan Martínez que estaba allí

Autor: Manuel Chaves Nogales


Esta novela es la biografía real del bailaor de flamenco Juan Martínez quien relata al periodista Manuel Chaves Nogales su azarosa vida en los tablaos europeos. En Turquía le sorprende la  Primera Guerra Mundial y después, en Rusia, la Revolución bolchevique. Me ha evocado la historia del “Doctor Zhivago” cuyos personajes, en este caso, ficticios, también son arrollados por los acontecimientos del 17.

            Resulta, pues, un testimonio de primera mano de todos los acontecimientos que rodearon esa revolución que propició la llegada del comunismo al mundo; una ideología que modeló todo el siglo XX, que impregnó en mayor o menor medida casi todo el pensamiento, la filosofía e incluso la religión y que, sorprendente y lamentablemente, no ha sido erradicada.

            Juan Martínez, a través de la pluma de Chaves Nogales, narra lo que ve con la naturalidad de quien escribe su propia historia doméstica y que se adapta, como siempre ha hecho el hombre, a las circunstancias que le toca vivir aun cuando estas sean terribles, como es el caso.


            Una lectura que puede ilustrarnos en  el centenario de la revolución rusa ya que no es una reflexión sesuda o teórica, sino la vivencia cierta de quien sufrió ese terrorífico vendaval. Y me lleva a preguntarme, perpleja, cómo es posible que todavía se pueda mirar el comunismo con benevolencia, e incluso con entusiasmo, sin considerar cuantísimo  sufrimiento ha traído.

lunes, 6 de febrero de 2017

Un paseo para recordar

Autor: Nicholas Sparks


            Un hombre adulto rememora cómo a los diecisiete años se enamoró de una compañera a la que todos tildaban de ñoña, beata  y ridícula. Aunque su primera opinión sobre ella es coincidente con el resto de sus amigos, al ir conociéndola cae rendido a sus pies. Tanto que se casan a pesar de que ella padece leucemia. Con estos mimbres, ya intuimos un melodrama que, si el autor tiene la suficiente pericia, tocará el corazón de cuantos lectores abran el libro. Y ciertamente es así.
           


            Este autor goza de gran predicamento entre adolescentes y jóvenes ya que muchos de sus libros rebosan romanticismo en estado puro. Para mí, que ha tiempo que abandoné esas décadas de ensoñación, resulta un poco empalagoso. Al menos esta novela. Sin embargo, hay que reconocerle la bondad en sus planteamientos, que ayudan también a que  el lector intente mejorar.        

El baile (E. Neville)

Autor: Edgar Neville


Leer teatro es rápido y sencillo, pero a menudo no logro vivir intensamente la historia. Sin disfrutar de una buena interpretación los diálogos suelen antojárseme insulsos. Esto también me ha sucedido con la dulce pieza El baile. Sin duda por falta de aptitudes no consigo imaginar el tono de voz, la mirada o la actitud de los actores por lo que, con frecuencia, recurro a mi asesor escénico, Youtube, que corre presto a suplir todas mis carencias. Esta maravilla ha sido representada muchas veces, pero yo recuerdo la película protagonizada por Conchita Montes, Alberto Closas y Rafael Alonso. Lamentablemente no se puede encontrar en la red, aunque sí un Estudio 1 de Televisión Española.

Edgar Neville escribió esta obra a mediados del siglo XX y cuenta la historia de dos perfectos caballeros enamorados de la misma adorable mujer. Uno de ellos consiguió casarse con ella, pero ambos la rinden un devoto amor incondicional. En el primer acto los vemos preparase para ir a un baile y en el tercero es la nieta quien va a otro, también acompañada por los adoradores de su abuela.


             Tiene tanta ternura y amor y está tan bien escrita que yo, particularmente, nunca pierdo la ocasión de verla. Y siempre me emociona.