Autor: Frank Baker
Norman,
el protagonista de la novela, se da cuenta desde niño que cuando urde una
mentira, ésta se materializa en la realidad tal como la ha pergeñado. Ya le advirtió su padre “Ten cuidado con lo que
inventas. En la vida hay más cosas inventadas de lo que la gente cree” Y así le
sucede cuando inventa, por puro juego, a la señorita Hargreaves. Una anciana
soltera y excéntrica que viaja con bañera, arpa y cacatúa, escribe poesías y es
sobrina de un duque. Pues bien, de repente aparece en su vida tal como la ha
imaginado. Llega a su pueblo dispuesta a visitarle. Y a complicarle la
existencia.
Con un
arranque tan original, esperaba que la totalidad de la novela mantuviera el
mismo ritmo. Sin embargo, aunque al principio es desternillante, llegó un punto
en que se me agotó. La encontré demasiado larga y con excesivas descripciones
musicales, en concreto exhaustivos pasajes de interpretaciones en el órgano de
la iglesia. Ya se ve que el autor no pudo o no quiso abstraerse de su condición
de organista.
En fin, una
novela amable y divertida que quizá con menos páginas hubiera quedado redonda.
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