En la Viena de 1936, justo antes
de la anexión de Austria por parte de Hitler, Leónidas triunfa como alto
funcionario y miembro de la más selecta sociedad gracias a su matrimonio con
una rica heredera. Nada puede perturbar su vida de lujo y reconocimiento ahora
que ya ha alcanzado la cincuentena. Y todo se lo debe a la herencia de un frac
que perteneció a un compañero judío que se suicidó. Esta prenda le abrió las
puertas de los mejores salones de baile y le permitió codearse con las jóvenes
más adineradas.
Y,
de repente, recibe una carta escrita con una letra femenina azul pálido. ¡La
letra de una antigua amante que solicita ayuda para un joven! ¿Será su hijo? Un
hijo judío, ya que su madre lo es. Esta duda se convierte en certeza en su
mente, y todo su mundo comienza a resquebrajarse. Se avecina el desastre
absoluto. Todo cuanto ha conseguido se desvanecerá por una simple carta que
quizá no debía haber abierto.
Toda
la acción transcurre en un solo día, que amanece esplendoroso y va
ensombreciéndose hasta llegar a la noche, conforme los temores arraigan en el
alma de Leónidas.
Caemos
en la cuenta de que la vida tiene una falsa apariencia de seguridad. Un pequeño
acontecimiento puede trastocarla irremisiblemente. De la decisión que se tome en
ese instante puede depender el resto de la existencia. En general, nada de lo
que nos acontece es bueno o malo; lo convierte en ello nuestro propio corazón.
Una
maravillosa novela muy breve, que no necesita muchas páginas para transmitirnos
todos los sentimientos de sus protagonistas y cuyo desenlace inesperado es una
rúbrica magistral.
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