Autor: Torcuato Luca de Tena
Cuando
fue escrita esta novela y mis amigas la leyeron, por alguna razón que no
recuerdo, yo no lo hice. Sé que a todas les pareció grandiosa y sé que la
crítica siempre la ha reconocido como un libro excelente. Y es ahora, cuarenta años
después de su publicación, cuando la he leído.
A
finales de los años setenta, una mujer inteligente y culta ingresa
voluntariamente en un psiquiátrico para investigar un crimen, ya que sospecha que
el asesino se encuentra allí. O quizá su ingreso no ha sido voluntario, o quizá
es una paranoica que se ha fabricado esa realidad, pero que está tan loca como
los demás… Esta es la incertidumbre que presenta la novela y que sólo se
desvela al final.
Seguramente
haber acumulado ya algunas décadas en mi calendario me ha hecho ver la novela
como una sucesión de retratos desgraciados y sin remedio. Vidas llenas de
angustia que ninguna medicación ni terapia conseguía paliar en esa época.
Sin duda, la
escritura es magnífica, así como el planteamiento y la resolución de la intriga
que configura el nudo central del relato, pero, definitivamente, en mi espíritu
ha primado el desconsuelo ante tanta tristeza. Demasiada angustia para
disfrutar. Sin duda, debí leerlo en mi juventud cuando se piensa que tanto
dolor sólo existe en la ficción de los libros.
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