Autor: William
Maxwell
William
Maxwell fue periodista, editor (a decir de muchos el más grande de la narrativa
norteamericana del siglo XX) y escritor. A los diez años sufrió la pérdida de
su madre a causa de la gripe española de 1918. Una pandemia terrible que supuso
la muerte de cincuenta millones de personas, convirtiéndose así en un trágico epílogo a
la Primera Guerra Mundial cuyo número de bajas fue cinco veces menor: diez
millones de seres humanos que dejaron sus ilusiones en trincheras y ciudades. Y
esta experiencia dolorosísima es la que de modo casi autobiográfico nos relata
en esta breve narración.
Escribe
la novela a tres voces: el niño pequeño (su alter ego), el hermano mayor y el
padre. Cada uno siente de modo singular la muerte de la madre, el pilar de la
familia. Ninguno está preparado para una vida sin ella.
Para Bunny, a sus ocho años, le parecía que si
su madre no estaba cerca nada era real ni estaba vivo. La ternura con la que
describe el autor cuánto amor siente por ella, me ha impelido a rememorar mis
propios sentimientos hacia mi madre. El hijo mayor, adolescente con una pierna
de madera, rebelde pero niño al fin, y el padre, marido amoroso que queda
desorientado sin ella. Todos ellos asumen el dolor con una cierta aceptación y
se apoyan mutuamente en la adversidad sin que el relato sea melodramático ni
deprimente.
Una
prosa bellísima que nos transporta al medio oeste americano, pero que, a la
vez, nos refugia en el amor que de niños sentimos por la madre. Una mezcla de
cariño, melancolía, agradecimiento y nostalgia. Una maravillosa sorpresa
literaria de un escritor poco conocido en España.
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