Autor: Vicente Blasco Ibañez
Antes
de enfrentarse a este libro, es importante asegurarse de tener tiempo y ánimo.
Acostumbrados a lecturas menos densas, las más de 500 páginas de intensa
literatura realista clásica, pueden indigestarse a lectores poco entrenados.
Sin embargo, todo esfuerzo tiene su recompensa. Grandes pasajes y sentimientos
nos esperan.
Como
sin duda confiamos encontrar en la novela la inspiración para la película
homónima y protagonizada por Glenn Ford, conviene recordar que no transcurre en
la Segunda Guerra
Mundial , sino en la Primera. Lo contrario habría sido perturbador, ya
que se escribió en 1916. Fue un encargo del gobierno francés al escritor
valenciano que residía por entonces en París. En definitiva, una obra de
propaganda. En cualquier caso, a pesar del claro posicionamiento del autor, es
una novela fantástica. Nos cuenta la inesperada irrupción de la guerra sobre la familia Madariaga.
El abuelo, español que consigue una enorme fortuna en
Argentina, se había casado con una indígena; y sus dos hijas matrimonian, una
con un francés, y la otra con un alemán y recalan en Europa al punto de
estallar el conflicto. Inevitablemente, las dos ramas se situarán en ambos frentes en lucha.
Nos
invade la pena al advertir con qué facilidad se derrumban las ilusiones y las
vidas plácidas que una guerra tan cruel se llevó por delante. Y aún desasosiega
más la certeza del autor de que el jinete de la Guerra, que cabalga junto a la
Peste, el Hambre y la Muerte, acompañará siempre a la Humanidad.
Para
algunos hacedores de listas, es la mejor escrita en castellano. Yo, no me atreveré a llevarles la contraria.
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